EL CAMINO REAL DE TIERRA ADENTRO: ANÁLISIS VISUAL DEL PATRIMONIO CULTURAL MATERIAL EN MEOQUI Y ROSALES


ARTÍCULO DE DIVULGACIÓN

Chihuahua, Chih. 14 de octubre del 2015

Por: César Santiago de la Riva Molina

Centro INAH Chihuahua

El siguiente texto es una presentación breve de un proyecto que deseamos vincular a un trabajo institucional sobre la Ruta del Camino Real de Tierra Adentro. A continuación hacemos varias reflexiones desde la Sección de Monumentos Históricos Muebles del INAH-Chihuahua. Exponemos una problematización para trabajar en campo y lanzamos algunas ideas que pueden generar propuestas para elaborar una investigación compartida con las comunidades entorno al patrimonio cultural material, y estrategias desde lo institucional para colaborar en la conservación y difusión de ese patrimonio.

El Camino Real de Tierra Adentro

Una ruta a largo de tres siglos, con alrededor de 3000 kilómetros y varias ramificaciones, comunicó desde 1598 el centro del virreinato con los territorios del norte, hasta Santa Fe, hoy estado de Nuevo México, E.U. Caminos antiguos transitados por las culturas precolombinas para la comunicación y el intercambio de mercancías entre sur (Mesoamérica) y norte (Aridoamérica, Oasisamérica) fueron aprovechados por los nuevos inquilinos europeos para trazar una vía—como los caminos romanos que nutrían al imperio—que llevara personas, objetos, pero sobre todo, ideas que terminarían por asentarse en territorios, primero imaginados, luego explorados, y finalmente ocupados por los hombres occidentales. Una nueva nación que hoy es México surgió de ese entrecruzamiento de culturas, entre conflictos, proyectos civilizatorios (cristianismo), historias de amor y odio, edificadoras de lo que hoy, a veces como ruina, otras veces debajo de estratos entre épocas y materiales, es visible como patrimonio cultural en todos los lugares que conectó la ruta.

En el estado de Chihuahua la ruta pasó por algunos lugares en el sur del estado, entre ellos Santa Cruz de Tapacolmes (Rosales) y la misión, y presidio, de San Pablo (Meoqui). Dos sitios cercanos entre sí, vecinos sería mejor decir, pero con significaciones particulares, creemos, que tal distinción puede constatarse en la superficie de lo tangible, en los monumentos históricos. Como a continuación ensayaremos.

Un recorrido por los centros urbanos

Los municipios de Meoqui y Rosales en el estado de Chihuahua poseen evidencias materiales e inmateriales que nos remiten a distintos momentos en la vida de las comunidades. Aquí abordaremos las evidencias materiales que tienen una procedencia histórica. Uno de los objetivos es realizar un análisis visual para interpretar su deconstrucción en el presente. Creemos que el resultado del análisis arrojará datos que pueden utilizarse para una posible hermenéutica del monumento histórico regional desde otra perspectiva, hacia la inflexión del debate sobre patrimonio cultural en el ánimo de las comunidades, lejos de los centros de poder, para identificar en la realidad de la comunidad versiones alternativas que funcionan, o que son una respuesta indiferente, espontánea, periférica desde otros saberes locales.

El patrimonio cultural material histórico en Meoqui y Rosales tiene un origen colonial, pero también, tiene un estatus presente: la modernidad (con su derivo: la interminable posmodernidad). Es visible una etapa de esa modernidad en las formas constructivas del siglo XIX, que luego terminan subsumidas en las formas de otra modernidad: una que es de rompimiento. Los registros en imagen que presentamos intentan ser una muestra de lo anterior (ver galería).

Colonia y modernidad

En los sitios, después de recorrer sus centros urbanos, comenzamos hacer distinciones, por ejemplo, que en los monumentos históricos de las comunidades mencionadas no hay diferencias significativas entre los sistemas constructivos coloniales (los menos) con los emplazados en el siglo XIX (entre vestigios). Tanto los coloniales como los del México independiente presentan similitudes formales y conceptuales; a grandes rasgos, los materiales son los mismos: adobe, cantera, vigas de madera, terrado, pero sobretodo, un respeto por las proporciones históricas, que remiten a órdenes clásicos, propiamente neoclásicos o adecuaciones dentro de los marcos europeizantes de referencia. Es destacable que éste tipo de inmuebles y muebles son expresión material de un estrato social en particular, la burguesía local. La arquitectura de las haciendas puede ser un ejemplo de lo anterior.

Es en la modernidad de la segunda mitad del siglo XX, en el México pos revolucionario, cuando hay un cambio radical sobre las formas materiales de la cultura, también es el momento de una nueva burguesía que toma el control de los medios de producción local. Como referencia paralela, en el ámbito internacional, no es coincidencia que la arquitectura y el arte euro-americano se dirijan a un nuevo orden basado en una relación distante de lo histórico. Una pregunta que surge aquí es ¿Qué forma tomó esa nueva modernidad en las comunidades referidas? ¿Podemos ver en el presente los restos de ese hecho? La estandarización y producción industrial de materiales abona un trecho en el camino a un desentendimiento con los siglos anteriores.

Habría, según lo dicho, diferentes etapas regionales del devenir de los monumentos en la comunidad de Rosales y Meoqui. La primera sería la colonia, luego, el México independiente, después, el México de la institucionalización o posrevolucionario. El presente, desde dónde hoy hacemos éste análisis visual, correspondería al México dentro del sistema mundo. Pregunta: ¿Podemos hacer un registro visual de esas etapas? La suma de ellas sería lo visible en el presente. Cada etapa ocupa diferentes dimensiones del espacio público. Una primera impresión es que la etapa más abundante es la cercana a los procesos industriales para la obtención de materiales constructivos. El uso del concreto y el acero en esas formas abundantes de arquitectura puede leerse desde la economía cultural. Pero no hay duda que una nueva tecnología suplanta la tradición constructiva de la colonia y la modernidad del siglo XIX.

Tensión visual, distención material

Si aceptamos que el patrimonio cultural es, entre otras cosas, la acumulación de saberes y tradiciones, materiales e inmateriales, que posibilitan la reproducción de sí, y para el futuro, podemos ver en las formas visuales productos culturales específicos de cada tradición o saber. ¿Qué tipo de saber o tradición podemos ver en los centros urbanos de Meoqui o Rosales? ¿Cómo podemos interpretar, desde lo visible, la intención arquitectónica local? ¿Es el uso del concreto y el acero una nueva tradición constructiva, con saberes locales implícitos? La autoconstrucción como acción vernácula, la adopción de modelos culturizados, como las casas estilo suburbio estadounidense[1], entre otros proto-estilos que se pueden identificar y registrar, son realidades objetivas que remiten a la economía cultural del presente y del pasado.

Se podría lanzar la pregunta: ¿es el no-estilo una identidad? O es una pregunta irrelevante, fuera de la discusión sobre el patrimonio cultural en las altas esferas del conocimiento. Patrimonio, que como se piensa, se destruye a partir del desconocimiento, la falta de educación o el desinterés mal intencionado con fines especulativos políticos, económicos, o ¿culturales?

Un análisis visual que deje un testimonio desde lo institucional es necesario para identificar entre la vivienda, los templos, parques, cementerios, vías de comunicación, infraestructura de servicios, una lectura alternativa de patrimonio cultural histórico/moderno. En el camino para entender mejor el presente de los monumentos históricos. Así como de las nuevas metodologías o anti-metodologías de todo aquello que deriva, o que propicia, la cohesión social. Aunque también habría que preguntarnos a que nos referimos cuando usamos el término cohesión social vinculado a los monumentos históricos. ¿Es en realidad la autoconsciencia de la historia, o una normatividad real y efectiva (sobre lo histórico, moderno, o contemporáneo) lo que propicia la cohesión social?

 

[1] Un modelo adoptado como progreso y desarrollo por la burguesía en turno.

 

--oo00oo--

 

Descargar artículo