Muebles

BIENES HISTÓRICOS MUEBLES

Dentro del concepto de patrimonio cultural podemos encontrar dos tipos de bienes materiales que se relacionan estrechamente, por un lado los bienes inmuebles, por otro, lo bienes muebles.

Los bienes históricos muebles son los objetos como pinturas, esculturas, fotografía, archivos, altares, portones, vajillas, artefactos, piezas arqueológicas, que pueden ser transportadas, y que se relacionan con la historia de una cultura. Nuestra nación posee gran cantidad de estos bienes históricos muebles que podemos encontrar en templos, museos, o edificios de carácter público.

Otro tipo de bienes históricos muebles son los ornamentales o utilitarios, como las estructuras de madera en las que se incluyen los altares, mesas, cómodas, retablos, relicarios, marcos, columnas, zapatas y vigas del techo, así como la pintura, u otras técnicas de factura, con fines decorativos hechos a partir de diseños figurativos o no figurativos (abstractos) que podemos ver sobre muros, vigas, plafones, o puertas y ventanas. Los pequeños objetos de metal, como los contenedores: vasijas, ollas, vinateras, platos, alcancías, copas, tinteros, etc., son también bienes históricos muebles.

El valor que se le asigna a los bienes históricos muebles tiene que ver con el vínculo que tiene con la comunidad a donde pertenecen y a la relación que guardan con el resto del patrimonio cultural de la nación, por lo que son una forma de cohesión social e imagen de la cultura: para poder ver y vernos.



Todos los objetos que se mencionan son parte de nuestro patrimonio cultural como nación. Su resguardo y conservación es labor del INAH y de la comunidad que los heredó. La institución pública aporta el apoyo técnico en la forma de profesionales que atiendan cualquier situación relacionada con ese patrimonio, así como el marco legal para su protección, mientras que la comunidad aporta la responsabilidad de cuidar ese patrimonio con acciones que no lo modifiquen ni alteren en su estructura material o visual.